GCI
Ella cantaba boleros, ahora sí, en una Habana para un Infante difunto. Se fue el último grande pero, huelga decirlo, lo cabrereado nadie nos lo quita, aun cuando ya no seamos infantes.
CAS
lunes, febrero 21, 2005
miércoles, febrero 02, 2005
Se cree que la gordura es signo de opulencia. Y nada más eso: se cree, pues en mi caso el sobrepeso, si bien me define como aristócrata, también me haría ingresar como miembro distinguido de la Perra Brava toluqueña, porra formada por gente pudiente, ergo, que durante un partido puede comerse 23 tacos de suadero y 12 órdenes de chorizo verde. Y nada más eso, pues yo sigo sin ser famoso o algo, además de gordo y sin varo.
CAS
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