domingo, octubre 12, 2008

Crítica de la razón cínica
Hace algunos años había unos personajes llamados Bankman y Roban. Hoy día, Roban ha matado a su mentor y se ha convertido en un nuevo Bankman, bufo y melancólico: dirige una baticueva llamada Banco de México y responde también al ominoso nombre de Guillermo Ortiz. Este muchacho, que es uno de los pocos mexicanos que sobreviven al cambio de sexenio porque mantiene su puesto, ha dicho varias cosas sobre la crisis financiera actual, que es, como todo mundo sabe, mucho más salvaje en nuestros países (donde nada más hay salvajes y, por ende, todo se parece a su dueño) que en otros. Pero también es uno de los nuevos adalides de la religión posmoderna por antonomasia: el cinismo. Para muestra un botón: yo doy clases de redacción en una de las universidades más prestigiosas del mundo (la UNAM, que según el ranking del Times inglés es la primera universidad de habla hispana), lo cual, si concedemos todo lo que haya que conceder, me da cierta autoridad para documentar los siguientes menesteres. Guillermo Ortiz dio una conferencia de prensa hace unas horas y, entre otras consideraciones majas, dijo que la crisis lo había tomado por sorpresa. Cosas veredes, pues fue el primero en asumir que la economía mexicana estaba completamente blindada (dijo que a los demás países les podía pasar todo pero que México era un Estado de excepción. Indeed: la única liga de futbol del mundo donde hubo partidos este fin de semana fue la mexicana). Después expuso con maestría: "Tres semanas atrás no sentíamos ningún contagio a través de los canales financieros, pero el contagio financiero se siente ya". La traducción a la docta afirmación del Dr. Bankman II es "Hace tres semanas no sentíamos la crisis porque no había crisis, pero ahora la crisis ya se siente, aunque no esté a punto". Ah, y el subtexto: "Elemental, pendejos mexicanos que entienden un coño de economía, finanzas y demás yerbas". Pero mi favorita, y lucharé por que quede inscrita en letras doradas en la Bolsa Mexicana de Valores, es: "El efecto de la crisis financiera en las economías emergentes está resultando más significativo de lo anticipado". Digamos que el espíritu de la frase es "en tiempo de crisis los que más se joden son los más pobres". Pero vayamos más allá y considero que necesitaré toda la ayuda del mundo para entender lo que viene: "el efecto está resultando más significativo de lo anticipado". No sé qué quiso decir el Dr. Bankman II con la palabra "significativo" ni mucho menos con la ecuación "de lo anticipado". Quizás la crisis les vino antes de lo esperado (en buen español, nos vino a nosotros no a ellos), osease, lo sabían (todo miembro del gabinete es un pitoniso consumado pero finge demencia). Lo que les tomó por sorpresa fue que no pudieron mandar el dinero de su última quincena a las Islas Caimán. Pero decir "efecto significativo" es asumir el bastón de mando del mayor cínico que jamás se haya parado en este mundo. No se dice "nos está yendo de la chingada" sino que el efecto de la crisis tiene un "significado" peculiar para los mercados (como el que se tiene en la Central de Abastos, naturalmente). No es complicado, pues, ser un cínico como éste, basta haber estudiado en Standford, tener un par de dedos de frente y asumirse como un perfecto berzotas y ser uno de los principales responsables de que la economía de un país sea la nueva fábula del vestido del rey: desde hace años sabemos que el rey va desnudo, pero al rey le valió madres seguir enseñando sus miserias; además mandó matar al niño hocicón.

CAS