jueves, junio 02, 2005

Todos los nombres

Tengo una alumna que se llama Guadalupe Félix Cruz. Al principio pensé que ella era "él" porque en la lista escribía su nombre como Félix Cruz Guadalupe. Por supuesto cuando dije "el alumno Félix" nadie contestó hasta que agregué "el alumno Félix Cruz". Sabiendo que me refería a ella, dijo soy yo y me vino a la mente aquel muchacho futbolista, exdefensa central de los Mininos y de la selección nacional y que fue pretendido por un equipo inglés. En realidad no era muy bueno pero, cómo todo minino, le echaba ganas. Le dije que había un futbolista con su nombre. "No, maestro", dijo un poco ofendida por compararla con un futbolista malo. "Mi nombre es Guadalupe. Los demás son mis apellidos". Ya entonces caché que escribía su nombre empezando por el apellido, que también es nombre. Aprovechando un poco la supuesta sapiencia de los que están en el estrado, le sugerí la cualidad dual de sus tres nombres: "¿Te has dado cuenta de que tus nombres, además de ser nombres y apellidos indistintamente, pueden ser usados tanto por hombres como por mujeres? Tampoco le hizo gracia mi sugerencia y subió un poco las cejas como diciendo "mi reino por un poco de inteligencia". Dicho en mi defensa, debo agregar que no tengo la culpa de que haya hombres Guadalupes, como aquel prócer de la Independencia de México y primer presidente del país, Guadalupe Victoria. De hecho se trataba de un seudónimo, pues Victoria en realidad se llamaba Félix, Manuel Félix Fernández para ser exactos. No estaría mal que mi alumna se pusiera nada más Lupe, como el gran Lupe Pintor, que tuvo bien matar a un adversario en el ring y del que mi amigo Sergio estaba haciendo su biografía; una biografía que nunca salió y que más bien fue el pretexto perfecto utilizado por Sergio durante años para no pagarme los tragos que me debía por el sinnúmero de veces que perdió las apuestas futbolísticas. "Tengo que ver al maestro Pintor, se ufanaba". Hablando de pintores, me acuerdo de un Pintor que trabajaba antes en mi casa; aunque no se llamaba así (se llamaba Luis pero había tres Luises más, aunque sin números romanos), su profesión era pintar, así que le decíamos Pintor. Nunca hizo otra cosa. Un día desapareció y nunca volvió a la casa. Mi papá siempre dijo que lo mataron en una cantina. Pero regresando Félix Cruz Guadalupe, creo que se molestó bastante con aquello de su naturaleza dual y, en lo sucesivo, sus trabajos los firmó aleatoriamente como sigue: Cruz Félix Guadalupe, Félix Guadalupe Cruz y Guadalupe Cruz Félix. Un día, incluso, firmó Guadalupe Cruz Feliz, así, a secas. En realidad el único nombre que me perturba un poco es Cruz, pues de inmediato pienso en la gloriosa máquina celeste; también en mi amigo Gerardo de la Cruz, otro que dobletea su apelativo, pues su nombre de pila es "Gerardo de la Cruz", como San Juan de la Cruz o los Juanes de Dios, de los que nunca se especifica bien a bien de qué Dios hablamos y luego nos endilgan a cualquier mocoso. Pienso, asimismo, en el hijo natural de Pedro Infante ("hijo natural" es un concepto que hace que se me ericen los pelitos de la nuca y piense en Raymond Carver y pavorreales) y luego en la Cruz(ada), que tienen como actor a otro muchacho llamado Bloom, quien es el descendiente idiota de dos luminarias fundamentales: Alan y Harold. Por cierto, el joven Orlando, al que sin duda hay que decirle quién es Ariosto y Virgina Woolf, es especialista en profesiones de alto riesgo: herrero (Cruzada y Piratas del Caribe), arquero (El señor de los anillos) y cobarde (Troya). Sobra decir que en esta última se mueve como pez en el agua. Recién termino de calificar el examen final de Guadalupe Félix Cruz y donde va el nombre hay una suerte de oda al cubo Rubik:

GFC
FCG
CGF

No lo leí y acepté con cabeza baja mi derrota. Así, sin más, le puse 10.

CAS

PS. Para los curiosos que se preguntan por qué firmo CAS, es simplemente porque soy fan de Cien años de soledad.