Lo más emblemático de las películas porno son los nombres. Entre los de las mujeres encontramos actrices de época llamadas Serenity, Mary Carey, Sydney Steele, Dru Berrymore o Nikita Denise y, entre los actores, que en realidad son los partiquinos porque el consumo de porno es mayoritariamente masculino, están el legendario Ron Jeremy, Randy Spears, Tommy Gunn o Evan Stone. Pero el tema no se reduce a los pornstars: también los nombres de las películas adquieren relevancia notabilísima en nuestras sociedades. Así, encontramos títulos como Todos los hoyos, Ass-hole mío, She´s not lesbian... she´s a vaginatarian, Red Hot Chili-Chochos o I saw mommy eating Santa Claus (esta última censurada por las denuncias de traumas infantiles en las cortes gringas). No obstante estas joyas, los productores del cine porno no dejarán de sorprendernos. Hace poco, después de salir del doctor, me encontré un título que jamás me hará regresar a un consultorio médico: Abre la boca y di "Ah".
CAS