El gran problema de disfrutar cotidianamente las olimpiadas etílicas es que las gratificantes pruebas iniciales como Levantamiento de tarro, Barra libre o Lanzamiento de jaibolina, siempre terminan con competencias menos dignas, verbigracia, Medio litro cúbico de regurgitación bien puesta, Bateo triple en la pista de baile y los famosos Diez metros con obstáculos de arrastre de lengua para llegar al coche.
CAS
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