martes, mayo 03, 2011

Obsama

Mucha tinta correrá después del asesinato de Osama Bin Laden. A mí sólo se me ocurren tres preguntas ingenuas, dos de orden legal y una moral: en un estado de derecho, ¿es un acto de justicia asesinar a un ser humano sin un juicio previo? ¿Enviar un comando a un país extranjero para matar a un supuesto líder terrorista no se llama, en buen español, violación de la soberanía de una nación, ergo, invasión? ¿Después de un asesinato, independientemente de que el abatido haya sido Lucifer (aunque hay quienes consideran viable la muerte del Diablo), no es un acto de bonhomía y nobleza entregar el cadáver a los deudos para llevar a cabo sus exequias? En fin, se trata sólo, insisto, de preguntas ingenuas pero que acaso no habría que soslayar. Una última duda: ¿y si utilizaron un doble y en unos días se difunde un nuevo video de Bin Laden? Como dice Robert Fisk, ni la Divina Providencia será suficiente para ayudarle y Barack Obama perderá la siguiente elección.

CAS


PS. Ora sí la última pregunta ingenua: ¿se merece el premio Nóbel de la paz una persona que ordena la muerte de otra?

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