Desde hace una semana tengo un billete falso de cincuenta pesos en la cartera. Y aunque ignore quién me lo dio, hay que hacer notar que el maestro Morelos aparece un poco deforme. Cualquiera que no lo conozca pensaría en él como un vulgar facineroso, un hombre más cercano a Chucho El Roto o a Luis Candelas que a un ilustre prócer. En todo caso, sería una circunstancia agradecida por el gran Juan Nepomuceno Almonte, quien perdería ipso facto su bastardía. El billete sigue en mi cartera y, por designios inexpugnables de mi memoria, he intentado darlo tres veces. Las tres me dijeron "su billete es falso, joven". Yo, quizás por desidia o vértigo, sigo sin aceptar que sea falsificado. Acaso ahora que se acercan las fiestas patrias sea bueno recapitular y pensar que si un héroe aparece en un billete falso sea porque él mismo es un personaje apócrifo.
CAS
sábado, septiembre 13, 2003
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