Los llamados globalifóbicos son personajes que, por lo general, me desagradan. Sobre todo porque sus sapientes apreciaciones como que un McDonald's representa el capitalismo y, por lo tanto, hay que apadrear sus ventanas, rebasan por completo mi panorama hermenéutico. Sin embargo, y siempre habrá que decirlo, es una exageración lo que de ellos se dice en los medios a propósito de la reunión de la OMC que se realizará esta semana en Cancún. Pensemos que acaso puedan rayar algunas bardas, escupir uno que otro Burger King o mearse un poquito a las afueras del Centro de Convenciones donde se realizará la Cumbre; pero de ahí a pensar en ellos como auténticas hordas de fieros astrogodos hay una gran diferencia. Por esa razón, Cancún es ahora una moderna ciudad amurallada y la sede de la cumbre uno de los lugares más seguros del mundo. Me da curiosidad, por lo demás, cómo nuestro H. Ejército Nacional contrarrestaría un scud bien puesto. No olvidemos que se acercan los festejos.
CAS
lunes, septiembre 08, 2003
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