miércoles, marzo 26, 2003

Las cosas estuvieron así: iba yo muy mono, como diría Miriam, a dar mi clase semanal a la Facultad y resarcirme de una vez por todas de mi ausencia intempestiva y alcohólica de la semana pasada. Entre otras cosas tenía pensado desarrollar esa idea que Nicole Kidman sugirió en la entrega de los óscares: "El arte es importante". Como la guapa australiana sólo tiene neuronas para enunciar esa frase, o más allá, estrictamente intuirla (aunque se podría decir que cualquiera que haya andado con Tom Cruise no tendría una sola neurona, pero seamos concesivos), me vi en el deber moral de ampliarla para mis alumnos. Disponía, por lo demás, de dos ejemplos implacables: ese de cuando la Susan Sontag montó Esperando a Godot en Sarajevo en pleno bombardeo y aquel de Julio Torri, quien en plena Revolución Mexicana abrió una casa en San Ángel en la que sólo se hablaba latín. Ambos contrastantes. En fin, la clase y la iluminación estaban puestas. Sucedió, sin embargo, que mi empeñada labor pedagógica para encauzar a mis alumnos a ser hombres y mujeres de bien y no vulgares cegeacheros, fracasó completamente. Era de esperarse, aunque yo tenía mis esperanzas, que estos muchachos tuvieran medio dedo de frente y llamaran a la cordura. Pero de utopías, faltaba más, está hecho el mundo. En efecto: diez gatos del CGH, y eran diez yo los conté antes de que una bandita me impidiera armar un comado y recuperar las instalaciones, habían tomado la H. Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; sus demandas eran que se parara la guerra, para lo cual exigían un telefono rojo, hablar en línea directa con Bush y decirle que parara los bombardeos... or else. En vano fueron los esfuerzos del director de la facultad por hacerles entrar en razón, algo que ellos, pobres, no conocen. El caso es que, ni la abrieron, ni hubo clases, ni pude desarrollar mi idea robada de Nicole Kidman. Espero que no se les ocurra cerrarla de nuevo el próximo miércoles, pues me veré en la necesidad de dar la clase por fuera y llevarme a mis alumnos a una cantina, cosa que puede ser catastrófica. De nuevo. ya será de Dios. Estoy en contra de la guerra pero también en contra de estas acciones, pendejas, que lo único que hacen es evitar la discusión, el diálogo y los consensos.

CAS

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