Soy un irresponsable: hoy no fui a dar mi clase. La culpa, sin embargo, la tienen los poetas. Fue la presentación del tan aludido Manantial latente, ese libraco en el que, en teoría, están "los" poetas "jóvenes" de México. La presentación, por supuesto, fue el pretexto para ver a la banda, amigos muy queridos con los que hacía tiempo no coincidía. Después, chelas en el Corona. Terminamos bailando cumbias en el Dos Naciones. Como siempre, pendejo de mí, fui el último en irse. Eran las seis de la mañana y mi clase era a las diez. Estoy sumamente avergonzado con mis alumnos, pero he ido a dar clase crudo y es, sin duda, una de las situaciones más patéticas de la vida. Perdón: no lo volveré a hacer. Los martes no hay que chupar, chingao. La frase insigne de la noche, no obstante, fue del cantante del grupo: "Un saludo para toda la gente de El manantial... la teta".
CAS
miércoles, marzo 19, 2003
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