La pregunta es la siguiente: ¿beber o no beber? Si uno fuera más sensato y pensara las consecuencias del día siguiente a la hora de empinarse 15 tequilas, las borracheras en la vida serían menos y se podría ahorrar para comprar una lavadora. Pero no es así, jamás será así y tampoco sé por qué ahora me lo pregunto. Lo cierto es que acaso se podrían hacer otras cosas además de ser esclavo de los alka-seltzers, nimiedades como leer y escribir más. Ayer llegué a las cinco de la madrugada a mi casa; hoy me desperté a las 12 y el resto del día me la pasé viéndome el dedo gordo del pie mientras zapeaba los 170 canales que tiene mi televisión (creo que esta es la mejor inversión que he hecho en mi vida). Comí algo, no sé exactamente qué, pero lo hice por inercia, porque sabía que era necesario. Después navegué (la navegación cibernética se ha vuelto la mejor pantalla de no hacer nada) y ahora posteo. Creo que aún tengo el estómago sucio, pero ¡goddamn, mi reino a que lo volveré a hacer!
CAS
viernes, abril 25, 2003
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