sábado, abril 12, 2003

Las cosas estuvieron así: ayer vino Jorge Humberto Chávez de Ciudad Juárez y Nicoménicus me dijo que fuéramos a chupar con él. Así fue. Primero fue el Centenario, después el Xel-Xa, donde vimos a Lorena Herrera; terminamos en la fiesta de titulación de Ana en la Pirámide. Hubo alcohol, baile, son, mujeres bellas y buena vibra. Cuando estábamos lo suficientemente borrachos y cansados de tanto bailar, decidimos ir por los tacos al Borrego Viudo. Había mucha gente afuera del lugar: era un choque y un miserable yacía inerte sobre el asfalto con una sábana encima. Entramos por lo tacos. Media hora. Salimos y el cuerpo seguía ahí; también se había armado una carambola de autos porque los policías no había señalado el accidente. Los insulté, les dije que hicieran su trabajo. No respondieron. Fuimos a por Jorge Humberto, quien trataba de sacar de los autos a las víctimas pero con una botella de whisky en la mano. Por fin llegó una ambulancia y su llevó al muerto. A Nicoménicus se le aceleró la taquicardia al ver la sangre sobre la calle. Por fin, Ashakira sacó el auto del estacionamiento y nos rescató. Pocas veces me he alegrado tanto de llegar a mi casa como ayer.

CAS

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