lunes, junio 30, 2003

Bien, las cosas están así: estaré en Cuernavaca durante toda la semana. Mi mamá y mis hermanas, ahora mismo, deben de estar surcando el Mar Caribe hacia una isla desconocida y por eso tuve que venir a cuidar la casa. También estaré solo: Juanita y Pedro se irán a su pueblito de Hidalgo en algunas horas. La lectura veraniega para los siguientes siete días es Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki, la biografía de Orson Wells (por cierto, me he compardo el dvd de El ciudadano Kane: su verdadera historia), O de Cabrera Infante, Yo necesito amor, las memorias del gran Klaus Kinski, Groucho y yo del maese Groucho Marx y Ensayo sobre la ceguera de Saramago que nunca leí. Además, el refrigerador está repleto de cerveza y he tenido, asimismo, la precaución de revalidar la cava (ron, tequila y whisky). También espero terminar de escribir por fin mi pinche novela y la rutina de ejercicios matutinos ya está armada. En fin, la vida de asceta parece imponérseme durante los próximos días. Desde luego, todo esto podrá variar si alguna persona decente me salva de tan letárgica semana y me habla o escribe para decirme "voy para allá". Creo que podría habilitar la carne asada, los suficientes barriles de chela y la música ad hoc en menos de cinco minutos. Alea jacta est.

CAS

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