miércoles, junio 04, 2003

En mi departamento hay un bóiler semiautomático. Eso quiere decir que no se apaga solo, sino que hay que mover la manijita para regresarla al piloto y deje de realizar su función. Si lo anterior no se hace a tiempo, esto es, cuando el agua todavía no hierve para hacer del calentador un potencial tomahawk, empieza a salir expulsada a presión a todos lados. En otras palabras, el edificio se inunda. Hoy por primera vez desde que habito en este dadivoso depto., se me olvidó apagarlo. Así, mientras yo estaba en la facultad haciendo una radiografía acerca de la complejidad del Rey Lear, mis vecinas cristianas del primer piso pensaban que el Mayflower y la divina providencia eran una perfecta mamada, pues del cielo recibían ya los primeros chispazos del agua del infierno. El juicio final, pues. Tengo que hablar con Juan para que me compre un calentador civilizado; alguno de ésos que se apagan solos y hacen que la gente siga diciendo we believe in Jesus Christ o rezando cosas como "¡la sangre de Cristo, la sangre de Cristo!" En honor a la verdad, me causaría menos problemas.

CAS

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